www.elpacienteytu.com

lunes, 22 de agosto de 2011

El otro día fui a mi médico de atención primaria, tranquilos, era simplemente para que me diese un pase para el dermatólogo (mis nevus y yo...).  Desde que estoy en la carrera, me fijo bastante en la forma de ser de los médicos a los que asisto, no ya en sus conocimientos, sino más bien en su "forma de ser y actuar" de cara al paciente, donde en estos casos soy yo, o algún familiar.  Me fijo mucho en su primera toma de contacto, es decir, si está mirando al ordenador o no, en cómo pregunta el por qué de mi visita y posteriormente, incido bastante en cómo escucha los síntomas y cómo los "archiva".  Después, también observo "las ganas" que tiene de explorar al paciente pues, lamentablemente, más de uno no se levanta de su silla, aunque tenga que explorar una garganta o auscultar el pecho.  En este caso, mi nueva médico todo esto lo cumplía a la perfección y era bastante competente, pues tenía un trato amable, miraba a los ojos, dejaba la burocracia para el final y por supuesto se levantaba de su asiento de médico para explorarme.

Como digo, todo muy bien.  Pero, hay un pero.  Después de observar a esta última compañera, he podido constatar (y han sido varios los candidatos, pues la co-autora del blog cuando cae enferma, lo hace a lo grande...) que el 99% de los médicos con los que me he topado (entre prácticas y visitas médicas) no saben mecanografía.  Como sabéis, la mecanografía es el arte de saber escribir con el teclado del ordenador o máquina de escribir colocando correctamente los dedos y sin mirar al teclado.  He podido comprobar que la mayoría de médicos, desconocen la correcta utilización del teclado y gastan la mayoría del tiempo de la visita del paciente a darle a las teclas; el por qué, no saben y escriben toda la historia con demasiada lentitud.  Me he llegado a topar con sanitarios que además de tener la mirada fija en el teclado, sólo tecleaban con el dedo índice de ambas manos y en los más avanzados, cometiendo un número de fallos de ortografía razonable.  En algunos casos, tras varios años con esta pobre técnica, alcanzan una velocidad correcta de escritura, pero siguen mirando el teclado.  

Esto desencadena, entre otras cosas, algo que odio imperiosamente en un médico y que por supuesto el día de mañana no haré, y es que, no soporto que un médico cuando el paciente le está contando sus síntomas o vivencias no le mire a los ojos y sólo mire al teclado o pantalla del ordenador.  Claro, pensad, con lo lento que escribe, debe empezar pronto, ¿cuándo lo hace? Cuando todavía el paciente está hablando, ¿Por qué no mira a su paciente? Porque no sabe dónde está cada tecla y además debe mirar a la pantalla para cerciorarse que su escritura no tiene ningún fallo (cosa que la mayoría no terminan logrando).  Ahora muchos pensaréis, ¿pues esto no va en la "forma de ser" del médico para con su paciente? Cierto, tenéis razón, pero el no saber mecanografía también influye negativamente a los que tratan a su paciente con la mayor de las atenciones, como por ejemplo, mi médico.

Mis estadísticas...
Por ejemplo, un médico de atención primaria tiene de media entre paciente y paciente unos 6-7 minutos, o al menos teóricamente.  Pues bien, algunos profesionales gastan la mitad del tiempo de esa visita o más (alargando el total empleado en la consulta) por tener que escribir con el teclado la historia clínica.  ¿Solución? ¿Volver al papel? En absoluto, aprender mecanografía y escribir rápido y eficiente.  Todo son ventajas, mirad:

  • PROS
Infinidad, pero os nombro los que considero más importantes:
    • Mayor tiempo dedicado a nuestro paciente
    • Permite tener más tranquilidad a la hora de escuchar/explorar
    • Mayor eficiencia de cara al final de la jornada
    • Relación Atención médica y personal / Burocracia aumentada
    • Menor número de errores ortográficos en la historia y mayor comprensión por parte del futuro lector
    • Lo coloco el último pero no deja de ser importante, con saber mecanografía, damos una mejor impresión a nuestro paciente.
  • CONTRAS
    • Ninguno
He leído y requeteleído artículos médicos donde hablaban de la importancia de internet para los sanitarios, que si mejorarían nuestra atención al paciente, mayor contacto con el mundo científico, un ordenador en nuestra consulta para mejorar nuestro rendimiento y también, en los hospitales, se crean cursos de inglés y de aprendizaje del software exclusivo del centro para que todo vaya informatizado y se agilicen los procesos con el paciente.  Pues bien, desde mi punto de vista, se han olvidado de algo básico, que en una cadena de aprendizaje informático sería el primer eslabón, y es, como venimos diciendo, la mecanografía.  Sanitarios en centros hospitalarios o de atención primaria, que manejan software avanzadísimos pero sin saber escribir.

Vamos a aprender...
No es complicado, enserio.  Hay dos formas de aprender, obviamente, yendo a una academia de informática (así aprendí yo) y en dos meses o menos tendrás tu título o si no quieres gastar tanto dinero o no tienes mucho tiempo, existe una forma de autoaprendizaje.  ¿Qué necesitas? Un poquito de tiempo todos los días y un programa informático que te va marcando las pautas para que aprendas poco a poco y correctamente.
  
Existen miles de programas con los que aprender, pero yo personalmente (en mi academia lo tenían) os recomiendo Accu-Type, el mejor sin duda.  Hay versiones gratuitas y otras, que por un precio no muy elevado tendréis la versión completa.

Si necesitáis cualquier cosa más sobre este tema, no dudéis en poneros en contacto con nosotros.  Desde aquí, os animamos para que aprendáis mecanografía, con un pequeño esfuerzo, podemos ganar bastante de cara a la mejor atención de nuestro paciente.

martes, 16 de agosto de 2011

Hoy leyendo el periódico un artículo sobre salud (obviamente, en los que más pongo interés) me ha llamado más la atención sobre los demás.  El mencionado artículo, habla sobre un estudio restrospectivo realizado por expertos de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva (NY, EEUU) y publicado en el "Journal of the American Geriatrics Society" (Sociedad americana de geriatría), en el cual se llega a la conclusión que el secreto de la longevidad no está en llevar estilos de vida saludables, si no que todo reside en nuestra genética.

El estudio consistía en examinar los hábitos de vida que llevaban 477 judíos askenazis de entre 95 y 122 años unos 30 años antes (de ahí que el estudio sea de tipo retrospectivo) con respecto a la población general, nacida entorno a las mismas fechas que los centenarios.  De él podemos extraer cosas interesantes a la par que sorprenden, o por lo menos a mí.  Mirad:
  • Un 24% de los hombres longevos bebían alcohol todos los días, en comparación con un 22% de la población general.
  • Un 43% de los longevos hacían ejercicio regularmente frente al 57% de la población general 
  •  En cuanto a la dieta, no había diferencias significativas con respecto a la población general, es decir, no comían "mejor" que el resto.
  • Por otra parte, el 60% de los longevos había fumado más de 100 cigarrillos a lo largo de su vida, manteniendo su adicción una media de 20 a 40 años, a razón de unos 12 cigarrillos/día.
 ¿Qué podemos extraer de aquí? Que por más que nos empeñemos en llevar hábitos de vida saludables la clave está en nuestros genes, ellos son los que nos protegen y determinan si viviremos más o menos.  A pesar de ello, expertos del campo, aseguran que sin esos buenos hábitos que los sanitarios siempre demandamos y a pesar de tener "una buena genética", no llegaríamos a esos 100 años:
  • "La longevidad se lleva estudiando mucho tiempo y hasta ahora, todo indica que, en general, los genes condicionan un 25-30% y el estilo de vida un 70-75%".
Tras leer esto me ha picado la curiosidad y he buscado por la web algunas de las personas más longevas del mundo y han sido curiosos los resultados, os muestro algunas de ellos:
  • Jeanne Louise Calment (21 de Febrero 1875 - 4 de Agosto 1997)
Esta mujer, que murió a los 122 años y 164 días, a sus 85 años se constata que continuaba practicando esgrima y que montó en bicicleta hasta su centésimo cumpleaños.  Pero vamos más allá, se sabe que Calment fumaba desde los 21 años y siguió con el hábito hasta 5 años de su muerte, es decir, lo dejó con 117.  Ella, atribuyó su longevidad y su apariencia jovial al aceite de oliva, el cual vertía en todos sus alimentos y lo utilizaba para frotarse la piel, así como una dieta de vino de Oporto y una ingesta de casi un kilo de chocolate todas las semanas.


  • Sarah DeRemer knauss (24 de Septiembre 1880 - 30 de Diciembre 1999)
Vivió 119 años y 97 días, según lo oficial, ha sido la segunda más longeva de la historia.  Casada con Abraham Lincoln, su mayor hobbie era mirar el golf por la televisión mientras comía anacardos y patatas fritas.  Según ella, no seguía ningún "plan especial" y disfrutaba de la vida en toda su plenitud sin privarse de nada.



Las siguientes de la lista son Lucy Hannah de 117 años y 248 días, Marie-Louise Meilleur de 117 años y 230 días y la quinta, María Capovilla con 116 años y 347 días.  De ninguna se tiene constancia que llevaran hábitos de vida fuera de lo normal de la población, salvo esta última que atribuía su longevidad a la leche de burra y al vino.


Parece ser que genética y estilos de vida van de la mano, la calidad de los primeros marca la longevidad y los segundos, hacen que los primeros se expresen en toda su plenitud, pues si sumamos a una "mala genética" unos hábitos perjudiciales, tendremos como resultado una menor calidad de vida que conllevará un menor número de años vividos.

La pregunta es, ¿Y cómo sabemos de la calidad de nuestros genes?

jueves, 11 de agosto de 2011



A lo largo de estos cinco años de carrera que llevo, una de las preguntas que más me han hecho mis familiares, amigos y conocidos ha sido, ¿Y ya has visto muertos? ¿Has hecho prácticas con cadáveres? ¿Y cómo es? No sé si a mis compañeros estudiantes de medicina/enfermería que nos leen les ha pasado lo mismo, pero en mi caso, me ha servido para ver, que la gente tiene poco conocimiento sobre estos temas.  En la actualidad, para mi gusto, ha dejado de ser tabú y se habla con total naturalidad sobre "donar mi cuerpo a la ciencia", "ir a una facultad y ceder mi cuerpo". 

Ni que decir tiene, que sin cadáveres en las facultades de salud la calidad de la enseñanza se vería terriblemente mermada pues, en los primeros años de carrera sobre todo, lo que nos interesa a los futuros médicos es aprender todo lo relacionado con la anatomía y, ¿Dónde mejor que en un cuerpo real? Ya os digo yo, que una tarde entera aprendiendo en la sala de disección vale por un mes de estudio con los atlas.  Pero con este post me gustaría explicar aún más y que sepáis sobre el tema todo lo que nosotros (ignorantes estudiantes) sabemos.

En primer lugar, para que un cuerpo pueda llegar a una universidad existen dos formas:

  • Hacerte donante tú mismo: se trata de que en plenas facultades y de forma voluntaria, te dirijas a la universidad, rellenes los formularios pertinentes para el cometido y firmes el consentimiento para que, una vez fallezcas, tu cuerpo "pertenezca" a la facultad.  Para esto, se necesitan dos testigos que certifiquen tu deseo y se pase el trámite burocrático.
  • Que tu familia te done: de esta otra manera pero con igual final, una vez que has muerto, tu familia da el consentimiento para que tu cuerpo sea donado a la facultad correspondiente.
Con estas prácticas, la familia no corre con los gastos de nada, ya que, es la facultad la encargada de cubrir el coste de transporte, sepelio y preparación del cuerpo, que en total, supone para la universidad un desembolso de entre 2500 y 3000 euros (más o menos lo que le costaría a la familia).  Muy bien, hasta ahora todo comprendido pero, ¿Qué se hace con el cadáver una vez que llegue a la facultad?

Con este fragmento extraído del artículo "Cuerpos generosos a gastos pagados" y pequeñas explicaciones lo comprenderéis perfectamente:

"Los cadáveres llegan a los sótanos de Medicina entre las 24 y 48 horas después de fallecer. Una vez en el inmueble, se coloca el cuerpo sobre una camilla metálica en posición anatómica hacía arriba. «Nosotros, para embalsamar el cuerpo solemos utilizar la arteria femoral; através de una cánula le introducimos un líquido con formol, alcohol y otras sustancias salinas mediante una bomba peristáltica que le llega a todas las partes del cuerpo, es decir desde la cabeza a los pies», explica el doctor, quien agrega que «este proceso tiene una duración de una hora y con él se fija todo el cadáver».
Una vez 'fijado', se envuelve en una sábana y se sumerge en una bañera con 60 centímetros de profundidad de formol. En la tina permanecerá un mes. «En la bañera, que tiene una capacidad para ocho cadáveres, se conservará a base de formol hasta que pase a la zona de refrigeración, donde los cuerpos permanecerán almacenados a una baja temperatura». Luego, los cuerpos se suben a las salas de disección, donde los alumnos de los primeros cursos de Medicina y Enfermería realizaran prácticas."

 De esta manera se prepara un cuerpo.  A partir de aquí, la facultad lo puede destinar para cualquier área temática del temario de anatomía o en algunos casos, otras asignaturas.

Se está extendiendo esta práctica en los últimos años, unos dicen que por el ahorro de toda la parafernalia funeral por parte de la familia y otros, siguen manteniendo que es un gesto altruista y generoso.  Desde mi punto de vista, creo que hoy día es una mezcla de ambas vertientes pues, habrá familiares que tristemente no puedan sufragar dicho gasto y por otra parte, gente que desde muy joven o no tan joven, se presta a dicha causa.  De cualquier modo y aunque suene un poco frío, nuestra calidad de enseñanza depende de estas donaciones, depende de que haya cuerpos en las salas de disección que enriquecen nuestros conocimientos para nuestra futura profesión.

Espero que con este post hayamos contestado a algunas preguntas que os hagáis en ocasiones, entre ellas, ¡Sí! Los estudiantes de medicina hacemos prácticas con cadáveres desde el primer año de carrera :-)

lunes, 1 de agosto de 2011

Después de que por fin el viento almeriense haya desaparecido, me enfilo de nuevo en mi inspiradora terraza para crear un nuevo post.  Hoy he empezado a estudiar "enserio" (término aclamado por los estudiantes, sobre todo de medicina) pediatría 2 para Septiembre.  Sí, quizás la asignatura que más me gusta y para la última convocatoria, pero, cuando recibes visitas inesperadas, Junio se hace muy cuesta arriba.

Hoy, como digo, he vuelto a revivir experiencias de mis últimas prácticas de pediatría y me he acordado que quedaba un post final pendiente, un epílogo donde contaros las últimas impresiones (las otras están en Parte 1 , Parte 2 y Parte 3 ).  Recuerdo el último pensamiento que tuve cuando salí despidiéndome del equipo que me había apadrinado esas dos semanas: "¿Ya está? Tengo que volver...".  Eso lo dice todo creo yo.  Y es que, como contaba en las demás partes, tener ese pensamiento de "mañana cuando vuelva, espero que estén bien" o "mañana cuando vuelva, voy a hacer esto...lo otro..." es indescriptible, valiosísimo y sobre todo, enriquecedor.  Supongo que todo esto es lo que sienten mis futuros compañeros de profesión con sus pacientes, pero para un simple y humilde estudiante de 5º es todo un mundo de sensaciones nuevas.

Pequeñas princesas y diminutos príncipes que se cuelan en ti y te ganan con sólo mirarte.  Eso es lo que más recuerdo, sus miradas.  Sobre todo pienso en aquella preciosidad de ojos azules y pelo rubito a la que le hice mi primera punción lumbar, ese otro duende que siempre se quería quedar con mi super boli con luz exploragargantas, o por otra parte, el moñaco que cuando nos veía nos saludaba con un "¡Hola caballeros!"; por no hablar de aquellos otros pitufos que al salir de la consulta se volvían hacia mí y me chocaban la mano o me daban un beso.  ¡Buas! ¡Cómo lo echo de menos!.  Ignorantes y a la vez valientes personajes que no se dan cuenta por lo que están pasando, que sólo ven que están en una casa llamada hospital, donde hombres o mujeres disfrazados de blanco les hacen cosas o les obligan a otras tantas, contra su voluntad en casi todas.  En muchas ocasiones me pregunté, ¿Un adulto que pasase por ello llegaría a actuar así? es decir, ¿Nosotros los mayores tendríamos una sonrisa en la boca, jugaríamos y trataríamos con simpatía a todo aquel que se acercase?  No sé, lo dudo, quizás por ello terminé uno de los post diciendo "Les admiro".

Gracias a esta mini-historia, he recibido comentarios por parte vuestra espectaculares, que en su momento, me ayudaron a motivarme de cara a los exámenes entre tanto problema de salud que tuve.  Fue mágico sentir por la mañana el afecto indirecto de los pequeñajos y luego por la noche, llegar aquí y encontrarte con más de un comentario que te arrancaba una sonrisa e incluso te hacía flotar, ¡Muchas gracias!.

Lamentablemente no he vuelto a saber nada de ellos, fueron de las últimas prácticas, los exámenes se echaron encima y el tiempo escaseó, así que siento no terminar con un desenlace de sus casos.  Por supuesto, espero que a todos, el tratamiento les fuera bien y ahora estén disfrutando de ser ellos mismos, de por fin, ser niños de verdad.  

Como decía, este humilde niño con bata blanca pone fin a esta mini-historia y os agradece el apoyo y piropos que ha recibido por parte vuestra.  Sólo espera que le sigáis acompañando para que le sea más fácil hacerse mayor :-)

domingo, 31 de julio de 2011

Desgraciadamente, a muchos nos ha rozado de cerca esta temible enfermedad.  Algún familiar, amigo o conocido la está padeciendo y claramente vislumbramos cómo se comporta esta demencia y se nos encoge el corazón cuando esa persona te mira, y tras años y años viéndote, no te llega a reconocer.  Sin ir más lejos, una de las personas que más quería murió de Alzhéimer (quizás por ello hablo tanto sobre esta enfermedad en el blog) y sólo puedo recordad un sentimiento la primera vez que me preguntó quién era yo, quedarme totalmente paralizado.

En este post me gustaría hablar sobre los signos que empieza a dar esta enfermedad antes de que se exprese en toda su plenitud.  Signos que nos pueden ayudar a un diagnóstico más precoz y un tratamiento quizás más eficaz para paliar los futuros síntomas.  Espero que os sean de utilidad:

- ¿Sólo pequeños olvidos?
Todos los tenemos, pero, ¿Cuando debemos de preocuparnos? Tenemos que saber si esos olvidos interfieren con el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria y con el desempeño del trabajo, sea dentro o fuera del hogar.  En este caso, debemos consultar con un especialista, pues la falta de memoria suele estar presente desde el principio.

- Todo lo pierde...
Una persona que lo pierde todo puede que tema estar entrando en una demencia.  Una forma de valorar la importancia de estas pérdidas es intentar pensar "hacia atrás" en el itinerario seguido por el objeto extraviado.  Si la persona no es capaz de deducir en qué lugares ha podido dejarlo, habrá que preocuparse.

- Nuevos comportamientos
No siempre lo más llamativo al comienzo es la falta de memoria, a veces la irritabilidad, las sospechas de robo y los cambios de carácter es lo primero que aparece, dando lugar al rechazo de quienes comparten el hogar con el enfermo.  Tenlo en cuenta y procura que esa persona vaya a la consulta del médico.

- Falta de expresión
Una persona con alzhéimer muy leve presentará ya carencias en la forma de expresarse; le resultará muy difícil recordar los nombres de las personas a las que acaba de conocer y habrá reducido de forma perceptible su vocabulario.

- ¿Cómo es su escritura?
Cuando llega la demencia, la escritura se transforma también.  Tendrá dificultad en recordar si la "panza" de la letra b, o de la g, va a la derecha o a la izquierda, por ejemplo.  La grafía se vuelve temblona, pierde la curvatura de los rasgos y, ante un papel sin pauta, no puede mantener bien la horizontal.

- Desorden temporal
La persona afectada ya no percibe correctamente el tiempo.  No puede gestionar bien su agenda; fallará en sus citas, preguntará reiterativamente en qué día u hora estamos y repetirá varias veces lo que acaba de decir.

- Desorden espacial
La persona con demencia, aunque ésta sea muy leve, sufre episodios de desorientación en el espacio; eso hace que esté con riesgo de perderse por la calle, incluso en su propio barrio.

- Nada de complejidad
Las tareas complejas (utilizar el transporte público para un determinado itinerario, planificar un viaje por varias localidades o el manejo de las cuentas bancarias) es algo que falla muy pronto en una persona con demencia.

- Más signos
La demencia conlleva dificultad para comprender imágenes visuales.  Puede también tener problemas para juzgar distancias y comprender significados simbólicos, como el de los colores de los semáforos.  Una persona con demencia incipiente ya muestra algunos problemas a la hora de conducir.

- Abstracción social
El afectado percibe sus fallos y se angustia ante la imposibilidad de controlar su vida como antes, así que, para encubrirlos, se va aislando en sí mismo, disminuye su iniciativa y tiende a evitar la actividad social.

Esperamos que nunca los tengáis que utilizar para analizar en cierto modo a alguien.  En breve, seguiremos publicando sobre esta enfermedad, tenemos mucho que contar y nos gustaría compartirlo con vosotros.

sábado, 30 de julio de 2011

En primer lugar pedir perdón porque no estoy actualizando con la asiduidad que me gustaría, pero todo tiene un por qué.  Como muchos sabéis, hace unos dos meses, una noche de estas movidas conocí a nueva amiga, la cual hasta hace unos días no me ha dejado ni a sol ni a sombra, pese a ser verano.  Me acompañó en cada minuto de estudio (o la mayoría), en cada sueño reparativo que intentaba tener y lo que es más importante, estaba afectando a mi forma de ser.

Algunos/as supongo que ya sabréis de quién hablo, sí, mi querida Ansiedad.  Si os soy sincero y pese a estar estudiando medicina, cuando oía hablar a la gente de este padecimiento, no los entendía muy bien.  Para mí, estas personas eran, cómo decirlo sutilmente, gente que se preocupaba demasiado por sus problemas o hacía de estos una montaña demasiado grande como para llegar a la cima.  Por supuesto, pido mil disculpas por mis equívocados y díscolos pensamientos del momento, quizá por ello me ha tocado padecerla, para comprender a muchas personas que me rodeaban, lo acepto.

Para los que nunca la habéis padecido o sentido, primero, felicitaros; segundo, no creáis que esta pequeña gran "enfermedad" sólo la provoca el cerebro o cómo muchos dicen, "todo está en la cabeza".  Tengo mis motivos para apostar por esta afirmación y es que, por ejemplo, es muy duro estar estudiando y pasados unos  minutos darte cuenta de que estás más pendiente de intentar tomar aire que de lo que estás leyendo.  Así es.  O por otra parte, acostarte por la noche y empezar a aumentar la frecuencia respiratoria, cardíaca, notar tus extremidades cómo se van sin ti y tener que levantarte porque no lo soportas.  Añado por supuesto, el insomnio de dichas excursiones.  Ni que decir tiene que aquel luchador de sumo (recordad "Tú y el gelocatil de madrugada") se siguió sentando encima de mi humilde pecho, acarreando con ello mil y una limitación.  Sí, como por ejemplo, tener que dejar de hacer ejercicio, lástima.

También, la amistad con la susodicha te hace cambiar de personalidad, te vuelves más serio, más irascible, más impredecible y aún más importante, a la más mínima ya estás un pelín cabreado.  Pido disculpas por supuesto.

Así podría seguir y seguir hasta que blogger me dijera SMS 2, perdón, POST 2, pero tampoco quiero recordar cada cosa, ya que, llevo unos días que mi salud vuelve a ser la que era.  Mi querida última amiga creo que por fin se ha ido de vacaciones y me ha dejado a mí solito.  Me levanto por las mañanas con una sonrisa y mi humor creo que se está recuperando de tan profunda fraternidad.  Mirad hasta qué punto vuelvo a estar totalmente feliz que hasta me permito irrumpir en el blog y publicar una entrada sólo hablando de ello.

¿Consejos para sobrellevarla?  Indispensable, rodearos de gente que os comprenda, que os mime, apoye y os quiera de verdad.  Nada de medicinas, estas últimas sólo ayudan un poquito, pero creédme, esa persona que está ahí, con su simple presencia, sonrisa o "¿Estás bien?", te hará casi olvidarte de la ansiedad.  Por suerte, yo la tengo y, sinceramente creo que ella ha sido la partícipe de que hoy os diga esto en este post.  Gracias Jixa! :-)


Siento si os he aburrido, pero tenía muchas ganas de escribir sobre ello! :-)

jueves, 21 de julio de 2011


Qué ganas tenía de volver a publicar alguna anécdota de mi humilde y corta experiencia con la medicina. En este caso eran las prácticas de medicina preventiva y comunitaria, esa asignatura donde te enseñan miles y miles de datos estadísticos que sinceramente os digo, y pese a quien le pese, el 99% no valen para nada. A mi parecer podría ser una de las asignaturas más bonitas de la carrera, puesto que la atención primaria es amplia e interesante pero, así lo quieren los hombrecillos cultivados de bata blanca y así lo debemos de acatar, amén.

En las prácticas, salvo unos pocos días la cosa no cambia, a menos en mi universidad. Te hacen realizar trabajos innecesarios e inútiles (se me perdone) e incluso algunos profesores te “invitan” a trabajar por ellos en algún que otro proyecto de investigación, por así llamarlo. Pero, siguiendo la tónica de todas mis prácticas, sabéis que siempre intento buscar lo positivo, y aquel día lo busqué y lo encontré de bruces.

Consistía en ir una semana a un centro de salud y aprender un poquito sobre su funcionamiento, pasar por sus distintas áreas y sobre todo, interaccionar con el paciente y preguntarle cositas (esto me encanta). Me vestí para la ocasión, con sonrisa de oreja a oreja, saliendo una hora antes para encontrar aparcamiento y que no me pillase el toro (mi gran enemiga, la impuntualidad) y ataviado con mi impoluto disfraz de médico y sus complementos (fonendo para que parezca más importante, boli y libretita por si acaso y alguna que otra tabla SOS).
La mañana fue genial, después de estar un rato en la consulta me fui con uno de los enfermeros del centro (que era muy agradable) y me explicó muchísimas cosas que aunque suene triste, en la carrera no se nos explica. Tan agusto me sentía que interaccionaba más con los pacientes y hasta una viejecita encantadora me dijo que iba a ser un gran médico (¡Dios te oiga reina!). Tan buenas migas hice con aquel enfermero que le propuse venir un poquito antes a la mañana siguiente para que me dejara sacar sangre, a lo que él, accedió.

Envalentonado hasta la médula, me levanté al amanecer siguiente dispuesto a la aventura (la primera vez que saqué fue todo rodado, enserio eh!), esta vez, desayuné bien para evitar malos contratiempos y adelante. Llegué un poco nervioso, para qué os voy a engañar, la primera vez que extraje sangre fue en la universidad, a un compañero, sin presiones, pero esta vez ya era de verdad, a un paciente, con una cola que salía del centro y todo el personal mirándome (sí, todo esto pensé, lo que hizo que en mi estómago empezase una fiesta fin de año). Dejé pasar dos extracciones a modo de tutorial, y al tercero, un chico joven y fuerte, allá que me enfundé los instrumentos y me presté.

Palpé, palpé más, toqué aún más, mierda, no la encuentro. Palpé de nuevo... ¡yuju! ¡Aquí estás!. Puse el lazito tranquilizador de brazos, empuñé la jeringa y adelante. Pasan esos segundos de, “¡por favor que salga sangre!”, esos segundos siguientes de “¡Mierda, no sale!” y ya el último tercio de segundos que es “¡Vamos a moverla!”. Aquí es cuando queridos lectores, la enfermera/o o cualquier otro profesional sanitario (o estudiante con la L), empieza a mover la agujita, cosa que nos produce apretar los dientes y cerrar los ojos con fuerza, ¿verdad?. Pues bien, yo en ese momento, en vez de pensar en encontrarla, miré al paciente, vi su cara de sufrimiento y en mi vista empezaron a dibujarse unos puntitos blancos (craso error!). Se movían, se iban haciendo más blancos y detrás de ellos vi la sangre ya por fin salir; más puntitos y aún más grandes y más blancos pero terminé. Después miré al enfermero, le dije que iba a avisar a mi compañera y tambaleándome salí de aquel dormitorio de Drácula. Habéis acertado, otra vez me cogió el mareo, ¡ouch!

Cuando llegué hasta mi compañera, después de hacer un circuito en zig-zag por todo el centro, me miró, me dijo que estaba blanco como el papel y yo muy disimuladamente, pues había que guardar las apariencias (llevaba bata jeje...), me dejé caer en una silla que había allí.
Es curioso, pero siempre que me mareo en acto de servicio, hay una silla cerca justo en el momento oportuno, casualidad.

¡Espero que os haya gustado mi gesta! Jeje...

lunes, 18 de julio de 2011

Navegando con mi pequeña barca por los lares de internet, me he topado con una de las cosas más curiosas que he encontrado hasta ahora en un blog: un buen eslogan que llama la atención y sobre todo, una maravillosa idea.  Hoy hemos descubierto el blog de @kurioso (el cual recomendamos) y en él este post que nosotros queremos rescatar para que vosotros que nos leéis opinéis sobre el tema.

De todos es sabido las altas tasas de prevalencia del SIDA en países tercermundistas, concentrados sobre todo en África.  Faltan especialistas sanitarios, medicamentos, infraestructuras y un millón de cosas más para tratar dicha enfermedad pues es altísimo el número de afectados.  Pero, ¿Nos preocupamos lo bastante por la prevención? Por supuesto, prevenir es siempre mejor que tratar, pero en el mundo actual, cosa que hacemos mal, se mira más por el tratamiento curativo/paliativo que por el tratamiento preventivo.

Un eficaz método preventivo es el preservativo, tanto para el SIDA como para también el elevado número de enfermedades de transmisión sexual (ETS).  Sería genial que este tipo de población tuviera un fácil acceso a este método anticonceptivo, tan "barato" y accesible en nuestra sociedad y tan "encarcelado" en la de allá.  ¿Qué falta? Una idea, y es precisamente la que hemos encontrado en el blog que os mencionamos:

Una lata de Coca-Cola + Un condón
Extraído del blog: http://kurioso.es

Es muy triste que en África se pueda conseguir antes una simple lata de la reconocida marca de bebida que un condón.  Kurioso ofrece la idea de que en cada lata vaya incluido un preservativo, y la verdad, es que pensamos que sería una medida que mejoraría bastante la calidad de vida de muchos.

Pero el artículo no es sólo interesante por la idea sino por la reflexión del final.  Y qué decir, que tienes razón en todo compañero (muy buena esa conversación via Twitter con el máximo responsable de Coca-Cola en España).  La insoportable moralidad (en algunos temas, no generalicemos) de la iglesia en el ámbito de la prevención, para mí es una lacra social, un lastre, por no hablar de la política intransigente que siguen los mandamás de algunos países africanos que verían en esta idea una especie de cuchillo que partiría en mil pedazos sus espectaculares ideas conservadoras.  Sería un sacrilegio que Coca-Cola promoviese una campaña de este tipo en tales países, pues, no olvidemos que quizás para ellos se acabaría parte de su negocio y ya el pez tiburón perdiese peso y fuera uno más del mundo marino.

Está bien, el proyecto tan a gran escala por ahora no, pero, ¿Y si lo hacemos en los países desarrollados? ¿Acaso no hay adolescentes que por desconocimiento, vergüenza o represión no compran condones y tienen sexo sin protección?  Esta idea también vale para nuestra juventud, la famosa bebida nunca falta en los botellones, en las fiestas, pubs o discotecas y por tanto, siempre estaría presente el condón y por tanto, los jóvenes tendrían aún más fácil el acceso a este método profiláctico y su uso aumentaría, a la inversa que las ETS.

Gobiernos que buscan personas con ideas, con buenas y excelentes propuestas como la que desde nuestro punto de vista, presento humildemente con este post siempre las ha habido, las hay y las habrá, pero, ¿Quién las escuchará?

¡Nos encantaría leer vuestros comentarios respecto al tema!

sábado, 16 de julio de 2011


Muy pocas veces me veréis publicar un post a estas horas, las 7 de la mañana.  Sí, está amaneciendo y yo sentado en la incómoda silla de la terraza, mirando al horizonte viendo amanecer.  Hacía ya tiempo que no disfrutaba el despertar del sol, pero sin olvidar nunca su hermosura.

¿El por qué de todo esto? Efectivamente, lo podéis intuir por mi título, esta noche me ha vuelto a visitar una bonita crisis de ansiedad hasta el punto de llegar a despertarme mareado, sentir hormiguitas obreras por mis cuatro extremidades y perder el control de la inhalación/exhalación.  En esta ocasión no estaba sólo, bueno, literalmente sí, sólo en casa, pero no sólo farmacéuticamente hablando, me acompaña una monada de pastilla para que me la tomara cuando ocurriesen este tipo de asuntos.

Lorazepam 1 mg y la función promete terminar.  No os imagináis lo frustrante que es el hecho de estar tan plácidamente durmiendo y de repente despertarte sin ton ni son y encontrarte luchando sin querer contra un importante mareo.  Cuando ya consigues aplacar a tan gentil caballero don mareo, te empiezan a visitar tus queridas hormiguitas (no creo que sea por venganza, pues en mis tiempos mozos las cazaba) que recorren tus extremidades y ya el pulso se pone como una moto.

Confiemos en el Lorazepam 1mg, que la caja es muy bonita.  Esto va a más, te empiezas casi a hiperventilar, intentas respirar profundo y que sean respiraciones pausadas, tranquilas y con gran toma de aire pero al final claudicas y respiras como un poseso.  En este momento es cuando te desesperas y utilizas el comodín de la llamada, y llamas a @Mar_thesea, descubriendo que la pobre también está pasando una noche de aupa con dolor agudo de oídos.  Resultado, mala noche la de hoy.

Amanecer en una playa de Almería
Y por fin queridos lectores que nos leéis y seguís, la maravillosa pastillita que dice ser llamada Lorazepam hizo su efecto y aquí un servidor está tan tranquilamente escribiendo estas maltrechas líneas a la par que termina de ver amanecer.  Qué sensación...la echaba de menos, en mi etapa por Lleida, cuando sólo estudiaba por las noches, veía amanecer todos los días y me embargaba una sensación difícil de describir; de plenitud quizás, no sé.

Me alegro de haber compartido estas líneas con vosotros, eso quiere decir que dentro de lo que cabe la noche no ha ido tan tan mal.  Ahora me quedo con el pensamiento de que, tras 2 semanas de casi remisión completa de las crisis de ansiedad, ¿Por qué han vuelto?.

Este humilde autor bloggero se despide por el momento, voy a intentar recuperar las horas de sueño perdidas, pues llevo desde las 4.45 de la mañana sin pegar ojo.

Un abrazo a todos, buen sábado gente!

martes, 12 de julio de 2011


Hace unos días descubríamos de la mano de @Drewmorante un artículo en el periódico "El Mundo" sobre la campaña publicitaria de una conocida marca de moda.  Automáticamente se te enciende el "piloto de alarma", seguro que seréis muchos los que recordaréis aquellas campañas de antaño en las que las modelos, por así llamarlo, estaban muy por debajo de su peso ideal, entrando en el campo de algo tan serio como la anorexia.  Perdón, ¿hemos dicho antaño?, queríamos decir en la actualidad, ya que viendo el anuncio de esta marca parece que alguien en las altas esferas no termina de aprender.

En cuanto a nuestro campo se refiere, nosotros medimos el peso y talla ideal a través de una fórmula, el Índice de Masa Corporal o IMC:

IMC = peso / talla^2

Como véis la podéis calcular vosotros mismos introduciendo vuestro peso (en kilos) y vuestra altura (en metros). El resultado de tal fórmula lo comparamos con unos rangos ya establecidos y que nos dirán si nos encontramos por encima, por debajo o simplemente, estamos en nuestro peso adecuado a nuestra a altura.  Esta clasificación es la siguiente:
  • Bajo peso: < 18.5
  • Normal: 18.5 - 24.9
  • Sobrepeso grado I: 25 - 26.9
  • Sobrepeso grado II: 27 - 29.9
  • Obesidad grado I: 30 - 34.5
  • Obesidad grado II: 35 - 39.9
  • Obesidad grado III o mórbida: 40 - 50
  • Obesidad Grado IV o superobesidad: > 50
Siendo un IMC inferior a 16.5 criterio de ingreso.

Si queréis más comodidad para calcular vuestro IMC os adjuntamos algunas páginas donde sólo con introducir vuestros datos os dará el resultado:


La verdad es que me llevé una sorpresa al ver dicho anuncio, creí que las mujeres escuálidas y blanquecinas que tanto conmocionaron a la sociedad en las pasarelas hace unos años se habían extinguido y ya no tenía cabida en los carteles publicitarios, pero, como hemos dicho anteriormente, en las altas esferas de dichas empresas definitivamente prima más la economía (por llamarlo de alguna forma, no sé) que la salud.  Y es que es así, las modelos son espejos donde se miran miles y miles de adolescentes que quieren convertirse algún día en ellas.  ¿No es triste que una chica de 14, 15 ó 16 años deje de comer (literalmente) porque no "dan la talla"?.

No os engañéis chicas, así no estáis mejor, ni más guapas ni tan siquiera os queda bien la ropa (un guiño a este tipo de empresas).  Lo malo es que por mucho que mis compañeros doctores o la sociedad en general se empeñe en este último ideal, por detrás existen estereotipos de moda que aún hoy día siguen viviendo.  Por ejemplo, cuando vamos "de tiendas", ¿Alguna vez habéis visto algún maniquí con una figura como la vuestra?, ¿Os habéis sentido menos guapas/os porque no os queda tan bien ese pantalón o camisa como al susodicho maniquí?
Deberíamos o deberían acabar con esto de una vez por todas, pero, no detenernos en censurar campañas publicitarias como la que nos ocupa en este post, sino seguir con quitar esas mujercillas de plástico de los escaparates, publicar más anuncios relacionados con abolir este tema y un sinfín de propuestas que a la larga serian productivas, sin duda.

No nos engañemos, la anorexia no es una enfermedad endocrina ni digestiva, va más allá, el problema está en la percepción de la chica que tiene de ella misma, que es totalmente errónea.  He tenido "la desgracia" de toparme con este tema muy de cerca, y la verdad es que duele ver eso y más aún, escuchar comentarios como: "yo sé que nunca me voy a curar", "me veo gorda", "me veo fea", "por mucho que me digas, yo me veo así de mal" y un largo etcétera.  ¿Y sabéis qué es lo peor de todo? Que estas pacientes casi siempre se sienten solas e incomprendidas.

Siento las frases de dura crítica que escribimos, pero es algo que desde "El paciente y tú" no aceptamos y aquí ponemos nuestro granito de arena para que se vea nuestra postura.

Y vosotros, ¿Qué pensáis?


reloj gratis blog y web html clock contador de usuarios online
web clocks reloj html
Contatore

Sobre mi...

Mi foto
Licenciado en medicina con blog donde cuenta historias interesantes ocurridas con los pacientes, curiosidades médicas...te unes? No números, nombres!

Popular Posts

En Facebook...

Web de interés sanitario

Web de interés sanitario

En Google...