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sábado, 5 de marzo de 2011

Pues como bien sabéis estamos en tiempo carnavalero. En Cádiz afinan gargantas, en Tenerife preparan sus sorprendentes disfraces y humildemente nuestro blog se pinta la cara y también conmemora el carnaval.

Definitivamente, en el hospital, al igual que ocurría con el día de San Valentín (post Tú y San Valentín), tambíen se puede disfrutar del carnaval, bueno, yo diría que se puede disfrutar durante todo el año, ya que, algunos médicos no se quitan el disfraz, van todos los días con él. Si, y es que perfectamente cuando tú vas por el pasillo sabes distinguir mil y un trajes de carnaval, sólo mirarlos o saludarlos y ya sabes de qué van disfrazados. Me pareció leer hace un tiempo un post en algún blog muy parecido a lo que yo quiero plasmar hoy aquí, si el autor lee esto y me lo recuerda, estaré encantado de reeditar con su dirección y demás.

Como bien digo, la cuestión es que el hospital no deja de ser un teatro donde cada servicio, especialidad o sección representa su comparsa o chirigota todos bien pintaditos, engalanados con pintorescas ropas y actuando con sutiles y llamativos gestos. Sí, y es que si afinas, puedes distinguir perfectamente distintos disfraces acorde con la personalidad de cada médico, mirad:

Vampiros
Este tipo de disfraz se puede observar en cualquier trabajo o lugar. ¿No habéis tenido nunca a un compañero que si puede te chupa hasta la última gota de tu esfuerzo? En el hospital los puedes distinguir de la siguiente manera: simplemente fíjate que siempre que se dirigen a ti es para pedirte algo, no sé por qué extraña razón, cada día o cada hora tienen algo que demandarte, es como si ellos no tuvieran suelo suficiente para soportar sus raíces y necesitan de tus saberes y buena voluntad para sostenerse a sí mismos. Por cierto, para ponéroslo más fácil, suelen empezar la frase mirándote y diciendote: “¿Perdona, tienes un momentillo?”. Seguro que a más de uno lo meteríais en este disfraz.


Fantasmas
En este caso no hay ninguna duda. Los diferencias sólo con mirarlos un poquito en los pasillos, pues, van con su bata muy blanca (como todo buen fantasma, de un blanco impoluto), que tampoco sé por qué les queda siempre grande y van pegados a las paredes, mirando al suelo, brazos cruzados y sin dirigirte la palabra. No existen. Sólo deambulan, pensando en mil castillos de pensamientos quizás. Mi consejo, mejor no despertarles, quizás te asustan.




Brujas
Han vuelto, creedme. Pero no del mismo tipo que antaño, ahora se visten con batas blancas (no negras), por supuesto siguen con la nariz puntiaguda y delgada (eso sí, han evolucionado, no tienen repelentes verrugas) y si queréis descubrirlas sólo tenéis que decirles un “Hola” o un “Hasta luego”, se quedarán mirándote con mirada penetrante, ojos como búhos, si sí, como echándote un hechizo. Ah! Y por supuesto, os quedaréis sin la contestación a vuestro “Hola” o “Hasta luego”. Post data: las nuevas brujas no sólo son chicas, también hay brujos con los mismos síntomas.

Bob Esponja
Como lo oís, también hay médicos disfrazados así. Van con la correspondiente camisa blanca, corbata y pantalones de pinza y como todo buen bob esponja, parece que guarda un gran secreto (como el de la “burguer cangreburguer” del tan afamado dibujo animado) inconfesable. Los reconoceréis además de por su indumentaria ya mencionada, porque aparte portan un maletín el cual atesoran o guardan con la mayor de las fuerzas sobrenaturales. Yo creo que ahí llevan el secreto de la fórmula de la burguer cangreburguer, sí.

Hadas
Y como en todo buen cuento, en este también hay hadas. Engalanadas con finas sedas, todo muy ajustado, largos y bonitos cabellos, ojos perfilados, cara inmaculada y con un porte que va irradiando un aura que difícilmente hace que no te fijes. Bueno, es la manera más sutil que he encontrado de describir a esa médico-maniquí que convierte cada pasillo en una pasarela de moda.

Perritos
Este disfraz es fácil de distinguir, son los médicos (hombres) que siguen babeando a las “hadas”. Paso que dan ellas, paso que dan ellos, como unidos por una correa invisible, secretando babas como cuando tú ves un gran pastel de chocolate antes de comértelo.

Pitufos
Seguro que los habéis visto más de una vez. Van con un pijamita azul muy mono, rememorando a tales dibujitos, con su cara de buenos, muy trabajadores y si tienes suerte te llevarán a su pequeña cueva donde encontraréis a más de un pitufito, todos vestidos de azul, os lo recomiendo!

Y así podría seguir hasta mañana, escribiendo líneas y más líneas sobre personajes pintorescos que nos podemos encontrar en el hospital, pero no es plan de hacer de este post un pesado testamento, todo lo contrario, una entrada que espero que os haya echo reír un poquito.

Pero aún quiero ir más allá, ya que con este post os intento explicar a modo de sátira y burla, que los médicos no somos personas diferentes a las que no son doctores, me explico. Mucha gente piensa que por el hecho de ser médicos estamos por encima en la sociedad, que tenemos un don, que incluso poseemos una prepotencia innata capaz de repeler a todo el mundo que se acerque a nosotros. Pues bien, con esto os intento hacer ves que somos como los demás trabajadores, cada uno con su personalidad, ni mejor ni peor que otras personalidades, sólo somos profesionales que ejercemos un trabajo como otro cualquiera (bueno, yo aún no, pronto), o al menos, yo lo veo así. No sé si algún médico está leyendo esto, pero seguro que sabe a lo que me refiero, que por el mero hecho de que delante de tu nombre ponga “Dr.” tus propios amigos te miren diferente y que incluso no te consideren uno de ellos, o de que, la chica de la que estés enamorado no se considere lo suficiente para ti porque ella no va a ser médico, y eso duele.

No os equivoquéis, somos personas como cualquiera, y valemos igual o incluso en algunos casos menos que los que no son de nuestro sector. 

Sin más, Feliz Carnaval!!

6 comentarios:

Drew dijo...

Hombre, es que asustais un poco. Yo recuerdo que salí una vez de fiesta con estudiantes de medicina y prometí que nunca más... Pero idiotas hay en todos lados, en periodismo (la mia) ni te cuento!

El post en general es muy chulo. Y por cierto, creo que el que leíste parecido puede ser del blog de la Doctora Jomeini, puede ser?

Saludos!

Dr. Desastre dijo...

La verdad es que algunos si que dan miedo...pero nada más lejos de la realidad.

y eso? ké te ocurrió en esa fiesta?

Drew dijo...

Pues yo iba con una amiga que estudiaba medicina, y salimos con sus compañeros de su clase. Prácticamente ni me miraron a la cara, solo hablaron de medicina y cuando me encendí un cigarro (al aire libre, que conste) me miraron como si fuera verde y tuviera antenas. Vamos, el colmo de la simpatía...

Dr. Desastre dijo...

Puf...qué imbéciles..pero bueno, que conste que todos los estudiantes de medicina no somos así!!! :-)

saludos!

Drew dijo...

Hombre, espero, más que nada porque si no ibamos mal. En cualquier caso, como dije al principio, no te imaginas la de idiotas que hay en mi carrera. Bueno, con encender la TV te puedes hacer una ídea...

Unknown dijo...

Buenas tardes ;-)
He leído lo que escribes y me gustaría mantener el contacto y poder hablar.
Te dejo aquí mi e-mail para que me escribas y así poder intercambiar facebook o lo que sea.

sandraenxames@hotmail.com

Saludos!

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Licenciado en medicina con blog donde cuenta historias interesantes ocurridas con los pacientes, curiosidades médicas...te unes? No números, nombres!

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