
Pongamos que todo empieza una noche, o una tarde... perdón, o con una "L" bien grande a la espalda, pues yo tan novato y tú tan frágilmente inalcanzable.
Imagina que una tarde me da por entenderte una cita, sin ser yo el actor principal, aunque persiguiendo ese papel con ese guión que terminara en un "escribiendo" a los pocos minutos. Ahora quiero que imagines que a partir de un punto y final...