Queridos Magos Reyes:
Aprovecho que estáis a punto de pasar por en frente de mi casa para escribiros mi cartita. Siento mucho no haberla hecho antes, pero es que entre la Señorita Infecciosas, el Caballero Endocrino y demás menesteres familiares mi día en vez de tener 24 horas tiene muchas menos. Se me disculpe sus majestades.
Este año me he portado muy bien, sí, supongo que es lo que os dicen todos los niños pero lo mío es de verdad. Hice todas mis prácticas en el hospital satisfactoriamente, ya que, no la he liado parda en ninguna de ellas y no se ha notado mucho mi "L" a la espalda. He ido bien vestido con camisa, pantalón y zapatitos bien limpios para guardar la imagen y en la bata siempre ha brillado el blanco liso, es decir, ninguna arruga. Bueno...he de reconocer que alguna trastada le he hecho a los pacientes, ¡pero prometo que ha sido por su bien! A una mujer le metí el tubito de la manometría por la nariz y le salió por la boca (tendría que haber seguido al estómago), con un niño jugué al pilla-pilla y le gané (¡es que corría muy poco!) y a otro le hice daño al tocarle su barriguita (yo no quería pero...) por no contaros que uno me pidió mi super boli dos colores con luz incorporada y no se lo dí (su madre no lo aceptó, ¡no fue culpa mía!). Claro que si nos ponemos a recordar...a otra niña pequeña le pinché con una aguja la espalda, pero os juro que no se entró de nada!!!.